miércoles, 7 de enero de 2009

RENATA, UNA NUEVA EXPERIENCIA

Mi experiencia como tallerista, en lo relacionado con el arte de la literatura en cualquiera de sus géneros, es muy poca debido a muchas circunstancias que me han alejado de dichas formas de aprendizaje, de entre las cuales se pueden destacar, en primer lugar, lo tímido que puedo ser en algunas ocasiones lo que ha impedido, en varias oportunidades, integrarme a los círculos de cultores de la palabra.

En segundo lugar el afán perfeccionista que me ha rodeado siempre y que promueve en mi algunos asomos de prepotencia. Claro que esto no es gratuito, se debe a las reinas, presidentes y otra gran cantidad de personajes que, en la cúspide de su fama les pica el bichito de la literatura y su primer pinito es el libro de poemas, que redactaron en el taller en el que estuvieron con otros no menos famosos personajes de la literatura. En esto cabe aclarar que quienes más se destacan en la producción poética son las reinas de belleza. Eso sí, ellas no tienen la culpa. La culpa se debe a sus profesores de literatura-especialmente en la secundaria- que les enseñaron lo que es el “verso libre” o la “poesía conversacional” o “coloquial”, denominación que-sin los debidos sustentos teóricos- la hace más fácil dado que cualquier cosa que se escriba es un gran poema o al menos así lo dicen ellos y ellas se lo creen.

Otra de tales causas es la tendencia a que todo club de narradores, poetas o novelistas se convierta en comité de aplausos en el que se celebra cualquier pendejada que escriba el señor, el doctor o el maestro tal. Por eso no había entrado a ningún taller, club o asociación. Tampoco era por miedo a la crítica ya que, en algunas tomatas literarias sometía mis poesías o cuentos a la mirada inquisidora de mis buenos amigos y gracias a la anestesia o a la concha que nos procura a algunos el licor, no salía tan maltrecho de las apaleadas que me prodigaban, eso si, con mucho cariño. Sin embargo acepté la invitación que me hizo mi maestro Herminsul Jiménez Mahecha y aquí estoy, caminando con Renata. Por ella han pasado muchos e ingresado otro tanto. Hay quienes son intermitentes por causa de sus actividades pero hemos contado con ellos siempre- por esto mi sentido de pertenencia- y los esperamos expectantes en cada sesión.

De Renata debo decir que es la experiencia y la oportunidad que había estado esperando. En las sesiones a las que acudo con regularidad encuentro el ambiente sincero y amable que debe llenar toda forma de convivencia. La crítica se hace de manera objetiva y promueve el conocimiento y su aplicación por medio de la práctica en la creación personal; se la acepta a sabiendas de que cada día debemos ser mejores en todo aquello que hagamos. Comparándola con mis antiguas tomatas literarias es un paraíso ya que su metodología permite que, con el tiempo que se da para la lectura juiciosa de los textos, los análisis que hace el equipo sean objetivos y se den las opciones lógicas para mejorarlos. La visita de los escritores acompañantes es un aspecto muy importante, pues permite conocer otras obras y otras voces autorizadas en el ámbito literario nacional, que nos hacen afortunados al tenerlos entre nosotros.

Me parece que la idea de la Red Nacional de Talleres, RENATA, está muy bien concebida y puede constituirse en el espacio que esperamos muchos para que se conozcan nuestros textos.


Fernando Bedoya Londoño
Noviembre 16 de 2.006
Nota: en Colombia el Ministerio de Cultura tiene, en su área de Literatura, una red de Talleres de escritura creativa compuesta por 30 talleres activos y 13 en fase de diseño. El taller al que pertenezco se denomina "Maniguaje...Caquetá también cuenta", tiene su sede en Florencia y está integrado por un número que oscila entre 10 y 15 personas interesadas en la escritura de cuentos, crónicas y poesías. Publicó un libro de cuentos de sus integrantes con el nombre "Maniguaje...Caquetá también cuenta, Antología 2007; el Ministerio publicó el texto Cuadernos de Renata , Antología 2006-2007, en el que recoge los cuentos de 20 cuentistas de todo el país y pertenecientes a los talleres. Nos han visitados como escritores acompañantes Cristian Valencia, Antonio Ungar y Sergio Álvarez durante los tres años de vida del taller.

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