domingo, 18 de enero de 2009

LA OTRA TRETA


Al llegar a la recta se observaron. Los separaban dos cuadras
de distancia y caminaron lentamente como para ganar tiempo
y pensar en algo.
Se dirigían a sus casas y, por lo avanzado de la noche,
no podían devolverse; seguramente el sitio de donde procedían
ya estaría cerrado. Los latidos de sus corazones, al igual que sus
pisadas, resonaban en el silencio de la calle de la que eran habitantes
únicos.
Sus miradas se encontraron mientras sus cuerpos se aproximaban
inexorablemente. La treta estaba pensada y actuaron
simultáneamente: el uno introdujo sus manos bajo la falda de
la camisa; el otro las escondió en la espalda. En ese momento los
separaban unos cuantos metros de su encuentro definitivo.
Ya en este lugar se saludaron con cierta frialdad y desconfianza,
sin apretón de manos por razones obvias, y se fueron
distanciando, mirándose mutuamente por encima del hombro,
con la misma lentitud del acercamiento.
Cuando alcanzaron el final de la recta sacaron sus manos
y respiraron con tranquilidad.
Fernando Bedoya Londoño.
Nota del autor: el cuento anterior fue publicado en el libro de cuentos "Cuadernos de RENATA" Antología 2006-2007 del Ministerio de Cultura como resultado de los Talleres de la Red Nacional de Talleres de escritura creativa RENATA, junto con los de otros 19 nuevos escritores colombianos.

sábado, 17 de enero de 2009

FRENTE AL ESPEJO

LA LUNA

Oyendo la canción del viento en la ciudad,
con su lomo cenizo por el humo,
miro mi frágil cuerpo en el espejo roto,
que me deparará según lo dicen las sibilas,
unos dos mil quinientos días de infortunio.

Su luna rota, en mi desesperación,
captura la ventana detrás de mi presencia y allá,
a lo lejos, al fondo del diáfano cristal, en el azogue plata,
se ha quedado la otra que pasea solitaria en el cenit,
con sus cuernos agudos y brillantes,
que le dejó el beso enamorado de la sombra.

REFLEJOS

Poso mis ojos amorosos en la límpida luna
y los de allá me miran angustiados reflejando,
tu cuerpo de mujer que se ha metido en ellos y al que miro asombrado
sin poder definir,
si estás metida en mí o yo dentro de ti,
o quién es el que mira de los dos,
la luna quieta del espejo silencioso.

IMAGEN

Mis manos con el molde de tus senos se transforman en cuencos de ternura
y se reflejan en él como una hoja de bordes desgarrados que modelan,
en el cristal encantado tu figura.

BRUMAS

El beso de mi boca con su hálito lo empaña
y esconde entre sus brumas la silueta,
borrando en un instante los contornos,
de las cumbres, los valles y oquedades de tu cuerpo,
esculpidas con cincel en mi memoria.

OLVIDO

Y así empezaron mis días de infortunio
con no poderte recordar ni verte reflejada,
en el claro cristal de mis recuerdos.


Ya se acabó el amor por ti y por mí;
ya somos dos extraños que se miran, en otros ojos, otras lunas no quebradas,
que reflejan otros cuerpos, otras manos, otros besos,
después de haber botado a la corriente,
los maléficos trozos del espejo.

sábado, 10 de enero de 2009

ATI FLORENCIA CENTENARIA

Dentro de mis gustos está el de leer y escribir poesía. De ella escribo poesía tradicional y también en verso libre. Para la conmemoración de los 100 años de Florencia escribí los siguientes sonetos en verso endecasílabos con los que hago un homenaje a la ciudad que me dio asilo en mi niñez:

A TI FLORENCIA CENTENARIA


I

Mi joven centenaria, en esta fecha
de diciembre feliz, te felicito
sin que sea mi canto triste endecha
sino canoro y entusiasta grito.

¿Y qué pienso de ti en estos instantes
de gran felicidad y regocijo,
en que oradores, vates y danzantes
agradecen felices tu cobijo?

Mi canto loará tus cualidades
de amiga y madre tierna y amorosa
de grandes atributos y bondades.

De madre por ser fiel y candorosa
y de amiga por tus fidelidades
cualidades que adornan a una diosa.



II

Y como lo pensé ahora lo digo,
con la sinceridad de mi poesía,
a tu seno llegué cual un mendigo
y me llenaste de gozo y alegría.

Y alegre estoy, lo dice mi poema,
y nunca, nunca, pensaré dejarte
pues diste solución a mi problema
y una traición sería el olvidarte.

¿Cómo olvidarte a ti, bella Florencia,
si tú me diste todo lo que tengo
y estás metida en mí y en mi existencia?

En ti he constituido el abolengo
de aquellas que son mi descendencia
pues no es éste de aquella donde vengo.



III


El canto que te ofrezco es de un extraño
que de otra latitud llegó sediento,
huyendo de problemas, del engaño
y aquí encontró el amor sin aspaviento.

Te considero mi primera patria
no como piensan todos los que llegan:
que llegaron a ti por coincidencia
y no por los amores que les legan.

Y el pensar así a quién no inquieta
cuando esto contagia hasta a tus hijos
que en procura se van, de otra floresta,

Y el edén que hallarán como cobijo,
será un muladar y no habrá fiesta
y no hallarán jamás el regocijo.

IV



Por tus calles, alegres, he pasado,
he recorrido toda tu estructura
y alegre me he sentido y he gozado,
del aire que me brinda tu frescura.

Y qué no decir de aquellas gentes,
alborozadas, lindas, laboriosas,
acomedidas, dignas, exigentes,
que son todo un amor, muy contagiosas.

Que piensan en el otro, en el mañana
que se hace mejor entre nosotros,
por la cooperación, crítica, humana,

Nunca pensando en que lo que hacen otros
nos redimirá anhelada gana,
de ser yo, de ser tu, de ser nosotros.




V



Callecitas del todo protectoras,
en la noche, en la tarde, en la mañana,
como madres, amigas, consultoras,
que formaron en mí la edad temprana.

Ellas son para mí la diligencia
que con amor, dolor, filantropía,
me dieron la máxima experiencia,
constituyendo así lo que es mi hombría.

Una existencia que de amor se ufana
porque así lo ha querido la querencia,
que se le tiene a la tierra galana,

Que nos recibe con magnificencia,
descontando querer, tendencia vana,
pues con nos se elabora su existencia.



VI


El rumor de las hojas de las plantas
que te adornan a ti cual cabellera
de coloridos verdes, esperanzas,
te arrullan en la noche placentera.

A él se suman las aguas saltarinas
de los ríos, arroyos y quebradas,
que en un coro de voces cantarinas
hacen de tus mañanas alboradas,

Que a tus hijos felices los despiertan
para que inicien prestos sus labores
y en un edén nuestra ciudad conviertan,

Como aquellos que en pasados albores,
según ahora los poetas cantan,
de ti hicieron, Florencia, sus amores.




VII



Tu carita graciosa delinean,
hermosos parques de fértil floresta,
callecitas alegres contornean,
esa tu faz de muchacha modesta.

Y tu cuerpo esparcido por los valles,
del Hacha, La Perdiz y La Sardina,
unos formando tu elegante talle
y otros grabando tu cintura fina.

Y los barrios en ti distribuidos,
que ya son unos cien, como tus años,
con amplias casas, de verde vestidos,

Unos muy nuevos otros ya de antaño
y con sus habitantes decididos,
preparan muy felices tu cumpleaños.


VIII


Diciembre mes de alegre fantasía,
mes de esperanza, mes de compromiso,
recordaremos el lejano día
esplendoroso de tu bautizo.

Cuando a tu cuerpo de recién nacida,
en ceremonia humilde te nombraron,
gentes de itálica ciudad venidas
con floreciente nombre te llamaron.

Eres la musa de nuestros arpegios
bella ciudad de eterna lozanía,
de buenas gentes, de paisajes regios,

Jamás he de olvidarte, dueña mía,
eres de nuestros duelos los remedios
y eres la puerta de la AMAZONÍA.

Fernando Bedoya Londoño diciembre de 2.002

miércoles, 7 de enero de 2009

LA LITERATURA





La Literatura, catalogada como el arte que estudia las manifestaciones escritas y lúdicas, ha sido, es y será, compañera inseparable del ser humano y en ella, de una manera velada, estará escrita la historia de la humanidad y se contarán, cantarán y mostrarán sus hechos sublimes, sus proezas y adelantos, como también sus mezquindades y retrocesos.


La evolución de la Literatura,-desde la perspectiva de contar-, empieza desde los primeros intentos del hombre por comunicar para conmemorar y recordar los hechos más trascendentes de su cotidianidad, lo que se puede deducir de los diferentes dibujos hallados en muchas de las cavernas que le sirvieron de refugio en los albores de su nacimiento y en materiales que, como tablillas de barro cocido y otros, se encontraron en diferentes asentamientos y reflejan su crecimiento intelectual.


No hay que olvidar, por supuesto, que a esto antecedió un largo y maravilloso proceso que permitió la adquisición del lenguaje y con éste, la posibilidad,-por medio de la oralidad-,de dar rienda suelta a su imaginación o de, simplemente, relatar sus tristezas, sus éxitos y sus alegrías como dicen que lo hacían los juglares en los comienzos del medioevo en el viejo mundo y como se transmitían los conocimientos o visiones del mundo de los conquistadores a los conquistados, durante los siglos que sucedieron a las grandes invasiones que se dieron en tiempos anteriores a nuestra era y después de sus comienzos, como veremos más adelante.



El Arte Literario, como se lo puede llamar y en aras de estudiársele sistemáticamente, se ha clasificado en géneros como el Épico, el Lírico, el Dramático y el Narrativo, llamados también Géneros mayores. El primero tiene como objeto cantar las aventuras o hazañas de los pueblos o de sus héroes, como en el caso de La Iliada, La Odisea o el Mío Cid o El Cid campeador, los cuales fueron escritos originalmente en verso ya que eran cantados; el segundo comunica al lector, por medio de versos de diferentes metros, los sentimientos que animan o animaron al poeta en el momento de su escritura; el tercero,- cuyo objetivo es la representación en el teatro, por medio de diálogos y acciones de los comediantes -, busca plasmar la realidad económica, política, social o religiosa de una sociedad en un tiempo determinado, para lo que cuenta con sus tres formas esenciales que son : tragedia , comedia y tragicomedia ; el último, que tiene como formas el cuento y la novela, nos presenta por medio de la prosa, hechos reales o fantásticos,-aunque en nuestro momento y gracias a la tecnología no sepamos con certeza dónde termina la una y comienza la otra-, de una gran diversidad temática.

Con el mismo propósito y de acuerdo con el tiempo y el espacio, los estudiosos de la Literatura la han clasificado, a grandes rasgos, en Clásica, Medieval, Renacentista, Moderna, Vanguardista y Contemporánea según lo primero y en Griega, Latina. Hindú, Inglesa, Francesa, Rusa, Española, Latinoamericana, etc., en concordancia con su localización. Vale decir, de igual manera, que se la ha clasificado teniendo en cuenta elementos como el origen, el fondo o mensaje y lo formal, por lo que podemos hablar de Literatura Indígena o Aborigen, Gauchesca, Colombiana, etc., de Literatura Romántica, Realista, Naturalista, Neoclásica, Barroca y en lo formal, de movimientos como los de Vanguardia,- Dada, Surrealismo, escritura automática y otros-,que revolucionaron especialmente las formas.




Dicho lo anterior podemos concluir que la Literatura ha sido una constante e inseparable compañera del ser humano en la gran aventura que éste emprende a través del tiempo y el espacio en procura del bienestar y con él, de la adquisición, el desarrollo y la consolidación de su pensamiento; también se puede decir que aquella es un testigo, de primera mano, al cual recurrimos a menudo para conocer los pormenores de tal proeza y por último, con toda seguridad, que sin el lenguaje,- que como forma de comunicación y ritual del recuerdo, se convirtió en Literatura-, el hombre no habría podido conquistar su identidad y su presencia en el mundo.

FERNANDO BEDOYA LONDOÑO
Febrero de 2.000

MI COMPAY


El título que encabeza esta breve semblanza es la forma de saludo que instauró, entre sus amigos y conocidos y que de alguna manera se constituyó en el segundo nombre de mi gran amigo José Heraldo Vega Erazo. Así le decíamos, compay, y de esa manera le entendía a unos y otros y les devolvía el saludo con la misma expresión. La última imagen que tengo de mi compay es la del momento en que- el jueves 20 o 21 de junio de 2.003 si mal no recuerdo- se va alejando de nosotros-José Castaño y yo- despidiéndose con el movimiento de su mano. No lo pude convencer de ninguna manera de que nos fuéramos para Popayán en esas vacaciones y no lo volví a ver, pues por su desprendimiento y deseo de hacer amigos encontró la muerte el miércoles de la semana siguiente.

Con el compay nos conocimos en Belén de los Andaquíes en 1.972, año en que inicié mi trasegar por el magisterio; allí fue mi Director y venía de trabajar en el municipio de Puerto Rico a donde había llegado por invitación de su hermano Fermín; nos hicimos muy buenos amigos y al finalizar ese años partimos hacia San José del Fragua a la orden del padre César Posocco de Nardi, párroco de dicha población y encargado, con Jorge Eliécer Yepes Osorio(q.e.p.d.), de la educación en ese distrito. De esta época recuerdo su afición por el deporte del baloncesto, las caminatas, la poesía y escuchar música. En 1.975 por cuestiones de trabajo nos separamos y nos volvimos a encontrar en el otrora Nacional Femenino en el que, junto a José Castaño, me dio la bienvenida. Aquí nos hicimos cantantes del grupo de música de la institución liderado por Chepe,-como llamamos cariñosamente a José Castaño- y luego, por algunos años más, conformamos el grupo Folclórico musical Caquetindios en el que tocaba tambora, chuchos, guasá, charrasca, esterillas y triángulo y cantaba algunos aires andinos, con los que evocaba su tierra natal, Mercaderes Cauca, donde había nacido un 26 de octubre de 1.947.

Mi compay era alegre, abierto a las amistades y de buen humor; como todo ser humano tenía sus defectos y sus miedos. De estos últimos un gran temor a las inyecciones y a los gusanos. Su imagen de maestro preocupado por el futuro de la juventud y su figura de poeta bohemio estarán siempre en nuestra memoria. Paz en su tumba.

Fernando Bedoya Londoño.
Noviembre 22 de 2.006

RENATA, UNA NUEVA EXPERIENCIA

Mi experiencia como tallerista, en lo relacionado con el arte de la literatura en cualquiera de sus géneros, es muy poca debido a muchas circunstancias que me han alejado de dichas formas de aprendizaje, de entre las cuales se pueden destacar, en primer lugar, lo tímido que puedo ser en algunas ocasiones lo que ha impedido, en varias oportunidades, integrarme a los círculos de cultores de la palabra.

En segundo lugar el afán perfeccionista que me ha rodeado siempre y que promueve en mi algunos asomos de prepotencia. Claro que esto no es gratuito, se debe a las reinas, presidentes y otra gran cantidad de personajes que, en la cúspide de su fama les pica el bichito de la literatura y su primer pinito es el libro de poemas, que redactaron en el taller en el que estuvieron con otros no menos famosos personajes de la literatura. En esto cabe aclarar que quienes más se destacan en la producción poética son las reinas de belleza. Eso sí, ellas no tienen la culpa. La culpa se debe a sus profesores de literatura-especialmente en la secundaria- que les enseñaron lo que es el “verso libre” o la “poesía conversacional” o “coloquial”, denominación que-sin los debidos sustentos teóricos- la hace más fácil dado que cualquier cosa que se escriba es un gran poema o al menos así lo dicen ellos y ellas se lo creen.

Otra de tales causas es la tendencia a que todo club de narradores, poetas o novelistas se convierta en comité de aplausos en el que se celebra cualquier pendejada que escriba el señor, el doctor o el maestro tal. Por eso no había entrado a ningún taller, club o asociación. Tampoco era por miedo a la crítica ya que, en algunas tomatas literarias sometía mis poesías o cuentos a la mirada inquisidora de mis buenos amigos y gracias a la anestesia o a la concha que nos procura a algunos el licor, no salía tan maltrecho de las apaleadas que me prodigaban, eso si, con mucho cariño. Sin embargo acepté la invitación que me hizo mi maestro Herminsul Jiménez Mahecha y aquí estoy, caminando con Renata. Por ella han pasado muchos e ingresado otro tanto. Hay quienes son intermitentes por causa de sus actividades pero hemos contado con ellos siempre- por esto mi sentido de pertenencia- y los esperamos expectantes en cada sesión.

De Renata debo decir que es la experiencia y la oportunidad que había estado esperando. En las sesiones a las que acudo con regularidad encuentro el ambiente sincero y amable que debe llenar toda forma de convivencia. La crítica se hace de manera objetiva y promueve el conocimiento y su aplicación por medio de la práctica en la creación personal; se la acepta a sabiendas de que cada día debemos ser mejores en todo aquello que hagamos. Comparándola con mis antiguas tomatas literarias es un paraíso ya que su metodología permite que, con el tiempo que se da para la lectura juiciosa de los textos, los análisis que hace el equipo sean objetivos y se den las opciones lógicas para mejorarlos. La visita de los escritores acompañantes es un aspecto muy importante, pues permite conocer otras obras y otras voces autorizadas en el ámbito literario nacional, que nos hacen afortunados al tenerlos entre nosotros.

Me parece que la idea de la Red Nacional de Talleres, RENATA, está muy bien concebida y puede constituirse en el espacio que esperamos muchos para que se conozcan nuestros textos.


Fernando Bedoya Londoño
Noviembre 16 de 2.006
Nota: en Colombia el Ministerio de Cultura tiene, en su área de Literatura, una red de Talleres de escritura creativa compuesta por 30 talleres activos y 13 en fase de diseño. El taller al que pertenezco se denomina "Maniguaje...Caquetá también cuenta", tiene su sede en Florencia y está integrado por un número que oscila entre 10 y 15 personas interesadas en la escritura de cuentos, crónicas y poesías. Publicó un libro de cuentos de sus integrantes con el nombre "Maniguaje...Caquetá también cuenta, Antología 2007; el Ministerio publicó el texto Cuadernos de Renata , Antología 2006-2007, en el que recoge los cuentos de 20 cuentistas de todo el país y pertenecientes a los talleres. Nos han visitados como escritores acompañantes Cristian Valencia, Antonio Ungar y Sergio Álvarez durante los tres años de vida del taller.

EN BUSCA DE UNA FLOR PARA MASCAR


(Título de una canción de los años sesentas de Pablus Gallinazus, compositor nadaista colombiano)


El título del presente escrito se genera al estar escuchando tal melodía,- de los años sesentas, época en que era muy niño, no se hablaba de neoliberalismo, ni mucho menos de globalización-, y obligarme a confrontar su letra, con lo que sucede hoy, cuarenta años después y comprobar, con algo de tristeza, que los pobres de nuestro país estaremos siempre en situación de desamparo, desesperanza, rabia e impotencia, pase lo que pase y sigan haciendo los candidatos y gobernantes de turno, las mismas promesas y planes de mejoramiento paras cerrar la brecha existente entre los ricos y los pobres, y se implementen toda clase de medidas para contrarrestar el mal que aqueja a nuestra sociedad: la corrupción o proclividad hacia la codicia de los bienes, especialmente de aquellos que son del pueblo que delega a sus gobernantes para que los proteja y éstos, se los apropian o los utilizan para conseguir más dinero o poder, en una constante cíclica que se repite día tras día, mes tras mes, año tras año y que no acaban las leyes, porque desafortunadamente quienes las hacen, son los mismos que las violan.


Volviendo al tema de la canción cabe anotar que los pobres de ese tiempo enfrentaban los mismos problemas que en la actualidad: no tenían empleo, había desplazamientos por la violencia que ya se enseñoreaba del país, carecían de vivienda o se hacinaban en cambuches,-al igual que ahora-, en los barrios marginales de las ciudades y, en general, carecían de los mínimos satisfactores de las necesidades básicas como educación, salud y alimentación. Pero había más solidaridad, sin desconocer que ahora no la haya, y mas reciprocidad de parte de las personas a quienes se ayudaba, lo que no sucede en este tiempo en que, sin desconocer las necesidades y la rabia que deben invadir a quien tiene que dejarlo todo de un momento a otro, se pide en la mayoría de los casos dinero y con machete en mano o se descarga la frustración en aquellas personas que en el momento no tienen que dar. Y lo hace desde el niño,- quien debería estar jugando y tiene que salir a pedir-, hasta la Señora, el joven o el anciano, dado que quienes causan el desplazamiento no discriminan a nadie, pues por los lugares donde pasan unos dejan marcados a sus habitantes para que los otros, al transitar por estos mismos senderos, los cataloguen como auxiliadores y, si no los matan, les exigen abandonar sus tierras convirtiéndolos en trashumantes de la miseria y en parias del gobierno.

En aquellos tiempos se era más romántico y al menos en las canciones, se contaba cómo, después de escuchar al hombre decir “que tengamos paciencia, que templanza y clemencia que Dios proveerá” la melodía decía “por eso, salgo siempre a caminar, en busca de una flor para mascar, pensando, que a la vuelta de la tarde, el trabajo, con que sueño, ya es verdad. Y recorro el camino, reconozco al mendigo, siento que vive en mí, como el sol sobre el trigo, el sencillo estribillo, que una vez aprendí. Por eso, salgo siempre a caminar...” y se seguía soñando y se puede concluir,- metafóricamente-, que no es cierto aquello de que, “Cuando el sol sale, sale para todos” pero si lo es el que "no hay nada nuevo bajo el sol".

Fernando Bedoya Londoño. Junio de 2004

¿CÓMO COMENZAR?

A propósito de algunos momentos.
¿Cómo comenzar?



¿Comenzar? Pero, ¿Cómo? De qué hablar en momentos tan tranquilos como éste en los cuales uno está hueco por dentro, como desocupado, como cuando se destapa un tarro y uno espera que tenga suficiente líquido, grano, harina o que sé yo y no encuentra sino un poco de eso pegado en el asiento del recipiente y debes raspar para sacarlo. Así estoy ahora y al raspar mi cerebro lo único que me sale,-con esa cuchara que es el recuerdo-, son destellos de todo aquello que ofende mi forma de pensar de acuerdo con mis principios, mi educación, mis conceptos o mi forma de ver la vida o visión del mundo, como algunos la llaman y yo lo digo a veces, para darle cierto caché a mis palabras.

Así, en esos destellos, alcanzo a pensar o a ver, pedazos de cosas, de palabras o de situaciones; un pedazo semi- des- compuesto de una naranja,-mas o menos así como está escrito-, o reflexiono en qué estaría pensando aquella persona que cuando le preguntaron a qué personaje admiraba, contestó que a Santa Teresa de Calcuta pero que afortunadamente ya había muerto; o veo en mi pensamiento unos valores deshilachados, arrancados, vueltos nada de tanto manoseo, de tanto cartelito de colores que contamina las paredes de las instituciones educativas, pero que no se proyectan en acciones tendientes a mejorar nuestra vida de relación o convivencia, como se llama ahora, y así poner el grano de arena que siempre falta y que todos queremos ser los últimos en colocar para constituirnos en supremos sacerdotes en el rito que hará posible la paz; o simplemente observar situaciones como la invasión del gobierno de los Estados Unidos a Irak con motivaciones muy endebles o la entrega del poder a las autoridades irakíes en los últimos días con el aumento de sus fuerzas armadas en este país.

Y van saliendo, con esos resplandores, temas muy importantes para desarrollar con profundidad, con orden y objetividad en un momento que no sea tan tranquilo como éste, en el que estoy un poco distraído por el son de la música, o no vengan los temas atropelladamente, de una, como sucede cuando el cuarto de San Alejo está lleno de cosas y uno abre la puerta y termina acostado en el piso, debajo de palos de escoba, traperos viejos, y toda una serie de adminículos de diferentes materiales, comprados con mucho gusto en las diez o veinte ferias artesanales que se han organizado o recibidos como regalos de los amigos, adquiridos con igual gusto y de la misma procedencia, y que después de colocarlos en los lugares adecuados se van cambiando de sitio hasta que, convertidos en basura sentimental, van a parar al dichoso cuarto y de éste, muchísimo tiempo después, a la carretilla de un basuriego, llamado ahora reciclador, o a las manos de un pariente, pobre pero honrado, que los recibe por obligación para no ofendernos, y de lo cual nos damos cuenta cuando llega alguno de los nuestros a casa y nos dice que en la esquina estaba botado un cucharero de alambre muy parecido a uno que papá compró en la feria artesanal de 1.985.
Al cuarto de San alejo,-que no es tal cuarto sino un rincón de nuestra casa, el ángulo que forma la puerta del patio que no se cierra o un hueco originado por la falta de planos para la construcción de aquella-, lo llamamos en nuestro país el rincón o cuarto de los trastos y ya casi no se puede llenar, porque no hay dinero para comprar trebejos.

Fernando Bedoya, julio 6 de 2.004

LA BRUJA

A propósito de nuestro meztizaje cultural.
LA BRUJA

Dioses
Ya no están alejados ni pueden pretender
Ser unos más que otros,
Ni ostentar superior adoración, ninguno.

Allá, en alejado y concurrido domicilio,
En una florecida habitación,
Los ha convocado la Sibila.

………………………………………..
F.B.L.
A nosotros los ¿escritores? melómanos, que no melosos, la música nos ayuda y con ello nos compromete a expresar nuestros sentimientos o ideas, de acuerdo con lo que nos dice la parte musical o la letra de la melodía. Para el caso que nos ocupa y de acuerdo con el título del texto, se escuchaban en el ambiente los acordes magistrales de ese gran acordeonero Lisandro Meza, cantando la conocida canción Los tripletutas en la que se queja, con mucha razón y a viva voz, del daño que le hace la piratería a la industria sonora y de no ser porque terminó, mi mente se hubiera ido por los vericuetos de ese gran negocio ilícito contra el que las autoridades poco hacen y al que nosotros alimentamos con la compra de discos de mala calidad. Sin embargo, después de escuchar la siguiente pieza musical, los arpegios ululantes de una organeta y los redobles de una batería, con un sonido misterioso, me metieron en el mundo de la brujería, descrito por esa otra gran institución musical como lo es la Sonora Dinamita y de ahí en adelante me puse a pensar al respecto.



En aquella, el cantante hace una exposición sencilla y medieval de las brujas y de todo aquello que es inherente a ellas como son sus costumbres, caminos y ritos para atraparlas o neutralizarlas, como dirían los integrantes de un bloque de búsqueda. Y lo hace de una manera tan vívida ayudado por las trompetas, bajos y demás instrumentos de la orquesta, que mi imaginación se pobló de atardeceres grises, lluviosos y amenizados con truenos e iluminados por relámpagos y rayos, a cuya luz veía las siluetas oscuras en las que podía distinguir, además de la escoba en la que cabalgaban, sus sombreros de pico torcido y hebilla de cobre, como también su nariz ganchuda coronada por una verruga gigante. No faltaba, igualmente, el gato negro cual loro en su hombro y el murciélago cómplice que siempre las acompaña, con su errático vuelo, en sus viajes hacia lo intrincado del bosque dónde, en compañía del macho cabrío, realizarán el aquelarre con sacrificios a bordo y más truenos y rayos hasta la salida del sol, enemigo natural de la noche, de sus habitantes y de sus maléficas obras. Terminado y escuchado, dos o más veces, por su ritmo contagioso y mi gusto por la música de fiesta, me puse a pensar que ya no existe la Margarita o la Juana Montes que nombran en la letra de la canción y que encarnan a la vieja que nos amenazaba desde la cartilla, en la parte de la combinación bra, bre, bri, bro y bru de BRUJA.

Ésta ya no vive en los arrabales, que ahora llaman extramuros de la ciudad, sino en lugares especiales como barrios de clase media o alta, de acuerdo con la categoría y eficiencia, y cuando se desplazan por necesidades de su oficio de una a otra población, se hospedan en los mejores hoteles y en éstos en la “suite presidencial”. Su presencia, especialidad o poder ya no es cosa de transmisión oral, por debajo de cuerda, sino de propaganda en las emisoras o canales locales de televisión en horarios muy bien concertados. Y no crean que al hablar de especialidad lo diga gratuitamente. ¡No! Lo digo seriamente, pues escogen muy bien su modus operandi.

Para ello se valen de lo habido y por haber o de lo comido, bebido, soñado, fumado, vestido o puesto; leen las líneas de la mano los Quirománticos, el concho o cuncho del café y últimamente del chocolate, la ceniza del tabaco, del cigarrillo o del cachito, los sueños o pesadillas, el huevo serenado en agua de coco y con ello predicen el futuro, el presente y el pasado de sus clientes; utilizan las cartas de toda clase de barajas en la cartomancia y algunos son tarotistas por usar las del tarot; se valen de los números y a estos los llaman numerólogos y a su ciencia numerología; los dados hechos con huesos de finado o los huesitos de las manos de éstos sirven para echar la suerte y si se trata de hacer bienes o males se usan yerbas en tomas, emplastos y menjurjes; prendas que cubren o mejor, que descubren partes íntimas y no tan íntimas; crespos de las partes nobles y de otras no tanto; raspaduras de cayos y de las uñas del dedo gordo del pié; secreciones extraídas,- voluntaria, involuntaria, placentera, dolorosa, manual, oral o mecánicamente-, de todas las glándulas del cuerpo ya sean grandes, pequeñas, redondas o largas.


Con la globalización sus medios adivinatorios, condenatorios, salvatorios y curatorios se han ampliado e internacionalizado, al igual que su parafernalia y recorren,- éstos modernos representantes de los antiguos alquimistas, astrólogos, cabalistas, sibilas o chamanes-, las avenidas del espacio virtual o aparecen en las pantallas, en gran profusión, envueltos en llamativas y enormes capas tachonadas de brillantes piedras, con la cabeza cubierta por grandes tocados al estilo genio de las Mil y una noches y con sus orejas y dedos, de manos y pies, adornados con aretes, anillos y tornillos de todos los tamaños y materiales. El escenario,- set o estudio en la jerga mediática, si así se puede decir-, en el que orientan a sus crédulos seguidores, desde un enorme trono, está diseñado con cielos estrellados en los que se destacan los arcanos, no alcanos que son de química, las casas y los signos del Zodiaco,- para la elaboración del horóscopo personal de 50, 60 o más millones de personas que nacieron en la misma fecha y hora-, representados en las diversas versiones según las diferentes culturas; las varitas mágicas o cetros son remplazados por grandes y artísticos báculos y aunque de relleno aparezcan una gran cantidad de tubos, retortas, esqueletos, mapas corporales-como el del hombre de Vitruvio de Da Vinci- representando el macro y microcosmos, tetragramatones gnósticos y demás símbolos de todas las creencias y tiempos, ubicada en un sitio estratégico está la bola de cristal que no puede faltar.

Sin embargo pervive el brujo o la bruja de pueblo o barrio que se encarga, en algunas ocasiones, de labores propias de cualquier celestina como organizar parejas, reconstruir virgos, interrumpir embarazos sospechosos, hacer dormir a los trasnochadores o procurar, a la esposa ansiosa, la tierra de cementerio para que su marido deje de echarse las polas todos los fines de semana y de paso, como buen mago, echarse los polvitos de la madre celestina que unos pasan por debajo y otros pasan por encima. A éstas acuden muchos colegas a los que les recomiendo, con mucha sinceridad, que cambien de canal y escuchen al Profesor Sutatán, el que bendice el gallo chiquito para problemas chiquitos, el gallo mediano para problemas medianos y el gallo grande para problemas grandes.


Fernando Bedoya Londoño, Florencia agosto de 2005.